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    CÓMO ESTÁ CAMBIANDO LA INGENIERÍA ESTRUCTURAL EN ARGENTINA Y POR QUÉ IMPORTA PARA TU PRÓXIMO PROYECTO

    Análisis del mercado actual

    No hace falta explicar que en nuestro país la industria de la construcción afronta un cambio de paradigma. Tanto constructores como diseñadores venimos de una etapa fuertemente impulsada por la obra pública, que directa o indirectamente marcaba la agenda de proyectos. Hoy en cambio, los capitales que movilizan nuestra industria se han inclinado mucho más al sector privado, en un ámbito que se mueve con mucha cautela y expectativa sobre el rumbo económico.

    En definitiva, el contexto ha obligado a las empresas del sector a reinventarse, optimizando sus recursos al máximo y ajustando todas las variables posibles para mantenerse competitivas (y con vida).

    En otras palabras, para que una obra o proyecto sea rentable, hoy es necesario atender todas las variables de ajuste al máximo. Y una de esas variables, presente en todas las obras, es la ingeniería estructural. Por ello hoy más que nunca, los proveedores de servicios de ingeniería deben convertirse, más que en un proveedor, en socios estratégicos de las constructoras y todos los stakeholders del proyecto. Contar con buenos diseños de ingeniería que se alineen con los intereses del constructor o inversores es fundamental para aportar valor real a la ecuación general de la obra.

    La Ingeniería Estructural y su Importancia

    En cierto modo podríamos decir que la Ingeniería y la Arqui£tectura tienen su origen, en gran medida, en el Dibujo Técnico, ya que a través de representaciones gráficas se hizo posible pensar y visualizar las obras en una etapa previa a su construcción. Así es como los Romanos obtuvieron en el dibujo el medio para reflejar lo que serían sus próximas obras. Recordemos los tres actores fundamentales que intervienen en todo Proyecto:

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    Como es lógico, sin Promotor ni Constructor no hay obra. Pero para muchos, el Proyectista (hablando aquí del diseñador estructural), es una variable de ajuste que no impacta demasiado en los resultados del proyecto.

    Irónicamente, a diferencia de las construcciones simples de roca y madera que hacían nuestros antecesores, en la actualidad debemos considerar un sinnúmero de elementos adicionales que en otras épocas no existían: sistemas de aire acondicionado central, redes contra incendio, escaleras y ascensores, tanques de reserva, redes eléctricas, domótica, etc, sin mencionar los exigentes diseños arquitectónicos que llevan los diseños estructurales al límite tanto en sus variables analíticas (estáticas y dinámicas) como materiales (acero, hormigón, madera, etc). Todo esto hace que hoy sea más importante que nunca contar con buenos diseños de ingeniería en las obras.

    Pero, ¿qué es un buen diseño de ingeniería?

    Pensemos en aquellas oficinas de ingeniería de los años 50 y 60, llenas de personas dibujando sobre un tablero de madera. En realidad, para estas personas dibujar era la última etapa de su trabajo. Todo el proceso de diseño no admite sesgos de pensamiento y es ahí donde está (o debería estar) el mayor valor agregado de los profesionales que hacen ingeniería. Hacer Ingeniería implica ver la obra antes de que exista y eso a veces puede ser un trabajo muy laborioso, aún con la ayuda de modelos 3D y herramientas BIM.

    No dejemos de mencionar la responsabilidad que carga el ingeniero estructural sobre sus espaldas. Una mala praxis de nuestra parte puede atentar contra la seguridad e incluso la muerte de muchas personas.

    En Canadá, desde 1922 cuando un estudiante se gradúa en Ingeniería Civil, se lleva a cabo una ceremonia especial llamada “The Ritual of the Calling of an Engineer”, en la cual el joven ingeniero recibe (y debe vestir) el “Iron Ring”, un anillo de metal forjado de los restos del primer Puente de Quebec, el cual colapsó durante su construcción en 1907 debido a un pobre diseño, provocando la muerte de 75 trabajadores. Desde entonces el ritual ha sido instituido con el simple fin de transmitir conciencia al recién graduado sobre el significado de su profesión y la responsabilidad que acarrea.

    Importancia de la ingeniería temprana en costos y plazos

    A lo que quiero llegar con esto es a que, en un mercado donde cada decisión impacta en la rentabilidad, la ingeniería estructural deja de ser un costo y se convierte en una herramienta de ahorro y previsibilidad. Y esto se consigue de la mano de dos variables importantes que intervienen en la ingeniería temprana.

    El primero: Calidad. Está directamente relacionado con la perfección, ya que la Ingeniería por definición representa perfección. Si no fuera así, la Estación Espacial la podría haber diseñado cualquier estudio de ingeniería promedio, quienes seguramente se habrían esforzado en hacer un buen trabajo, pero no de la calidad necesaria. Calidad implica verificar los diseños ante normas y códigos, estandarizar la documentación, administrar revisiones, identificar a los responsables de su revisión y aprobación, etc, etc.

    El segundo: Claridad. Tiene que ver con la información elaborada. De poco sirve confeccionar decenas de planos, respaldado por cálculos estructurales, extensos listados de materiales, si los documentos no están ordenados, tienen letras tan pequeñas que no se pueden leer, o carecen de información vital como dimensiones generales o niveles. Aunque parezcan trivialidades, esto puede traer problemas de interpretación y serios inconvenientes durante la etapa de construcción.

    Cuando un Proyecto está respaldado por un buen diseño de ingeniería, esto impacta directamente en los costos de obra, ya que los imprevistos se reducen, los desperdicios de materiales se minimizan, los procedimientos constructivos y las secuencias de montaje están estudiados, etc, permitiendo planificar y organizar la obra minimizando los tiempos improductivos y coordinando ordenadamente los diferentes rubros. Un buen diseño de ingeniería reduce los errores en obra porque nada queda librado al azar.

    BIM e IA

    Desde los tiempos de Da Vinci a la actualidad la ciencia no sólo ha evolucionado en sí misma sino también en cuanto al desarrollo tecnológico de herramientas para la labor de los Profesionales de la Ingeniería y la Arquitectura. El uso de reglas T, escuadras, compás, transportadores y estilógrafos, y posteriormente los softwares CAD, representaron un cambio y una evolución sostenida de las herramientas a lo largo de los últimos dos siglos. Con la llegada de los modelos 3D y sus renderizados de imágenes fotorrealísticas, parecía que se había alcanzado el potencial máximo (y hasta suficiente). Sin embargo, la necesidad de optimizar los proyectos integrando todas las fases del proceso (Ingeniería, Planificación, Construcción y Operación) exigía seguir evolucionando hacia algo que se venía gestando desde hacía un tiempo y que hoy conocemos como BIM.

    El modelado basado en la información (BIM) es una gran contribución al diseño de ingeniería, porque prácticamente obliga al proyectista a hacer las cosas bien. Los sistemas BIM ven más allá de nuestros ojos, optimizando los diseños a través de la detección de interferencias, optimización de materiales, disminución de cambios de último momento, mejor toma de decisiones y mejor gestión de costes realizando estimaciones más precisas. La documentación técnica producida representa fidedignamente al proyecto a tal punto que si algo ha pasado inadvertido quedará inmediatamente reflejado en los documentos y no será fácil ocultarlo hasta tanto sea corregido. Por otra parte tenemos la posibilidad de integrar otros procesos no estrictamente relacionados con el diseño como: el cómputo de materiales, presupuestos, planificación y seguimiento de obra.

    Ahora bien, los sistemas BIM aseguran la Calidad de la Ingeniería, pero no necesariamente la Claridad. Su uso adecuado requiere una capacitación intensa y puede suceder que ante la versatilidad del sistema el proyectista se relaje y desatienda la importantísima tarea de generar documentación clara. Entonces, estamos nuevamente ante potenciales problemas y malinterpretaciones durante la obra.

    Lamentablemente, contar con un buen diseño de ingeniería no siempre es una prioridad para los stakeholders, y esto es lo que ha provocado que en el ámbito de las Consultoras exista una competencia muy basada en el marketing que tiende a ocultar el valor más importante: la experiencia y seriedad de la consultora.

    Contratar consultoras responsables, con expertise en cada área, respaldadas por sistemas de gestión de la calidad y tecnología adecuada, es garantía de éxito en los Proyectos. Y eso implica Inteligencia Humana, no artificial.